Después de mucho tiempo sin ir de cabin trip por diversos motivos, este fin de semana volvíamos a la carga.
La cabaña elegida era Hognabu, y fue la recomendada entre varias opciones que barajábamos.
Así que después de las compras de comida y organizar un poco el tema, pusimos rumbo hacia Gressli el viernes al mediodía, desde donde empezaríamos a caminar, y en supuestamente 2horas llegaríamos a la cabaña.
Está claro que esas 2horas son a ritmo de ejército noruego por lo menos, porque en ningún cabin trip hemos hecho el recorrido en el tiempo estimado, así que sabíamos que iba a ser más largo.
Esta vez los que se animaron fueron Heather, Rustem, Craig,Yasmina y un servidor.
Nos pusimos a caminar a las 15:20, y el camino empezaba con bastante pendiente, pero era fácil de seguir hasta Gresslihytta, a partir de allí la nieve ya era constante y el camino dejó paso a una serie de palos de madera que indicaban el camino.
El camino era bastante rompe-piernas, con muchas subidas y bajadas... se estaba nublando bastante, pero después de un par de horas de caminata, llegamos a un punto dónde teníamos que abandonar el camino y bajar al valle a buscar nuestra cabaña...
sólo había un inconveniente, se estaba haciendo de noche muy rápidamente.
Así que el ritmo de caminar incrementó, aunque no es nada fácil cuando te hundes unos 30-40cm en la nieve, y vas cruzando ríos, y por en medio del bosque.
Y la noche llegó, y nosotros seguíamos caminando...
Norte, Sur, otra vez Norte, no no puede ser que hayamos caminado tanto y no la hayamos encontrado, vayamos al Sur...
es muy difícil orientarse de noche, así que despues de 8horas de caminata, 5 de ellas en la oscuridad, decidimos parar de caminar.
No tenía sentido caminar más estando totalmente desorientados, y el cansancio ya hacía mella en nosotros... así que decidimos buscar un sitio sin nieve a cobijo de los árboles, y encender un fuego para poder descansar calientes hasta que se hiciera de día.
Tuvimos suerte que hacía una semana que no llovía apenas y encontramos mucha leña seca, así que fue fácil encender el fuego... y aprovechandolo, pues nos pusimos a calentar salchichas, que estábamos muertos de hambre.
La noche fue bastante fría, llegando a los -4grados aproximadamente, quizás menos, pero pudimos mantener el fuego encendido toda la noche, aunque despertarse a reavivarlo fue durísimo... aunque pudimos descansar y dormir mejor de lo que esperábamos.
De regalo tuvimos un cielo espectacular totalmente limpio de nubes, y creo que nunca había visto tantas estrellas juntas!
Y el segundo regalo fue el amanecer, con el sol iluminándolo todo y calentándonos con sus rayos.
Después del pertinente desayuno y de entrar un poco un calor, nos pusimos en marcha a buscar la ansiada cabaña.
Rustem y yo nos aseguramos de que no estaba ni hacia el Sur ni hacía el Este, y mientras buscábamos pudimos ver una manada de unos 20 ciervos, varios de ellos totalmente blancos!
De día la orientación es mucho más fácil, así que nos dividimos y en una hora exacta de caminata, Yasmina y Heather nos llamaban que la habían encontrado siguiendo al río en dirección Norte.
Lo más divertido de todo esto es que la noche anterior habíamos estado a unos 30metros de la cabaña y ni la vimos...
Y ahí estaba, Hognabu, la que dicen que es la cabaña más cálida de todas!
Sólo llegar encendimos el fuego, comimos algo y descansamos un poco... algunos más que otros!
La verdad es que estábamos demasiado cansados como para hacer nada, así que la tarde pasó rápidamente entre comer, relajar, leer, tocar la guitarra o escuchar música.
Éste es el "patio trasero" de la cabaña... mil ideas que vienen a la cabeza, y todas ellas con una cosa en común: una tabla en los pies
El domingo nos levantamos después de haber descansado el cuerpo, y hicimos lo típico de cabin trip: cortar los troncos grandes con la sierra, luego cortarlos en trozos pequeños con el hacha, con el fin de que los que vengan después tengan madera seca y cortada disponible.
El tiempo se había vuelto bastante hostil, con fuertes rachas de viento gélido, así que el camino de vuelta no iba a ser fácil.
Recogimos todo, limpiamos, firmamos en el libro, y emprendimos la marcha con dirección a Gressli.
Los alrededores de la cabin son espectaculares, realmente la recomendación de esta cabin fue muy acertada.
Cosa que sumada a la felicidad que llevábamos encima, hizo que el camino de vuelta no fuera tan duro.
Últimos rayos de sol que irrumpen entre las nubes iluminando Melshogna (1026metros)
todas las fotos en http://picasaweb.google.es/victor.perise/Hognabu
lunes, 26 de octubre de 2009
lunes, 12 de octubre de 2009
Vassfjellet
El sábado por la mañana, y con un solazo espectacular sin ni una nube en el cielo, pusimos rumbo hacia Vassfjellet, que es la montaña al sur de Trondheim, a unos 20km, donde está situada la estación de ski del mismo nombre (Vassfjellet)
Se me ocurrió la idea de ir allí porque siempre que voy camino de la universidad veo la montaña bien cubierta de nieve desde la última semana, y además me interesaba ir a explorar un poco el terreno para futuras excursiones con la tabla a la espalda.
Así que se lo comenté a la gente y quedamos el sábado por la mañana para ir para allí.
Debido a la espontaneidad del plan, no disponíamos de mapa, y buscando un poco por google vimos que hay una carretera de mantenimiento para la antena que hay en la cima, así que pensé que era la mejor opción para esta vez.
Nos pusimos en marcha, y rápidamente empezamos a encontrar nieve en la carretera
La carretera seguía subiendo y la cantidad de nieve también.
La verdad es que hacía bastante frío aun ser un día totalmente soleado, así que la nieve se conservaba en muy buen estado.
Las vistas cuando empezamos a llegar a cierta altura eran brutales, y eso que la montaña sólo tiene 710metros de altura!
Después de 2horas aproximadamente de caminata llegamos a la cima, coronada por una antena de telecomunicaciones de 220metros de altura.
Las vistas desde aquí son impresionantes, con la ciudad de Trondheim, Bymarka, el fiordo, y montañas al sur.
El viento era gélido así que nos pusimos a cubierto y comimos algo, deberían haber dos palmos de nieve ahí arriba!
Aunque una mujer ya nos dijo que seguramente esa nieve se iría en breve con las siguientes lluvias, por la cabeza de Jirka y por la mía sólo pasaba el pensamiento de que nieve un poco más y poder ir a patear con la tabla.
El contraste de la nieve con los colores del otoño y con el mar, parecía que estabas en otro mundo ahí arriba con tanta nieve!
Empezamos a bajar, y en una hora ya estábamos al pie de la montaña, poniendo rumbo a Studenterhytta, una cabaña del club de deportes en Bymarka, que dispone de cocina y comedor para 50personas o así, además de una sauna de acceso gratuito si eres miembro del club...
y no hay nada mejor que una sauna para recuperar los músculos!
Así que el día concluyó con una sesión de sauna y con el cielo totalmente despejado y lleno de estrellas
Las fotos en http://picasaweb.google.es/victor.perise/Vassfjellet
God is an astronaut - first day of sun
Se me ocurrió la idea de ir allí porque siempre que voy camino de la universidad veo la montaña bien cubierta de nieve desde la última semana, y además me interesaba ir a explorar un poco el terreno para futuras excursiones con la tabla a la espalda.
Así que se lo comenté a la gente y quedamos el sábado por la mañana para ir para allí.
Debido a la espontaneidad del plan, no disponíamos de mapa, y buscando un poco por google vimos que hay una carretera de mantenimiento para la antena que hay en la cima, así que pensé que era la mejor opción para esta vez.
Nos pusimos en marcha, y rápidamente empezamos a encontrar nieve en la carretera
La carretera seguía subiendo y la cantidad de nieve también.
La verdad es que hacía bastante frío aun ser un día totalmente soleado, así que la nieve se conservaba en muy buen estado.
Las vistas cuando empezamos a llegar a cierta altura eran brutales, y eso que la montaña sólo tiene 710metros de altura!
Después de 2horas aproximadamente de caminata llegamos a la cima, coronada por una antena de telecomunicaciones de 220metros de altura.
Las vistas desde aquí son impresionantes, con la ciudad de Trondheim, Bymarka, el fiordo, y montañas al sur.
El viento era gélido así que nos pusimos a cubierto y comimos algo, deberían haber dos palmos de nieve ahí arriba!
Aunque una mujer ya nos dijo que seguramente esa nieve se iría en breve con las siguientes lluvias, por la cabeza de Jirka y por la mía sólo pasaba el pensamiento de que nieve un poco más y poder ir a patear con la tabla.
El contraste de la nieve con los colores del otoño y con el mar, parecía que estabas en otro mundo ahí arriba con tanta nieve!
Empezamos a bajar, y en una hora ya estábamos al pie de la montaña, poniendo rumbo a Studenterhytta, una cabaña del club de deportes en Bymarka, que dispone de cocina y comedor para 50personas o así, además de una sauna de acceso gratuito si eres miembro del club...
y no hay nada mejor que una sauna para recuperar los músculos!
Así que el día concluyó con una sesión de sauna y con el cielo totalmente despejado y lleno de estrellas
Las fotos en http://picasaweb.google.es/victor.perise/Vassfjellet
God is an astronaut - first day of sun
lunes, 5 de octubre de 2009
Lofoten
Lofoten es un archipiélago de islas más al norte del Círculo Polar Ártico, y está considerado como uno de los sitios más bonitos de Noruega.
Y no me extraña...
Nuestro viaje empieza un jueves a las 18:15h de la tarde, después de haber hecho una mega compra de muchas coronas noruegas, ponemos rumbo a Bodø con nuestro alquilada furgoneta, donde un ferry nos llevaría hasta Moskenes, ya en las Lofoten.
Después de muchas horas conduciendo, y atravesando una intensa tormenta de nieve, llegamos a Bodø a las 5 de la mañana, con el tiempo justo para ir a buscar el puerto ya que el ferry sale a las 6 de la mañana.
Que raro, no hay ningún coche esperando... lógico, porque no existe tal ferry, así como tampoco el de las 10 de la mañana.
Es lo que tiene ir fuera de temporada alta!
El siguiente ferry es a las 16:30, así que aprovechamos para dormir un poco más, pasear por la ciudad, comer algo y demás. Además visitamos el remolino de agua más potente del mundo, Saltstraumen,... pero fuimos unas horas antes de su máximo punto, así que a simple vista tampoco era gran cosa.
Así que empezamos nuestra viaje de 4horas en ferry hasta Moskenes dejando atrás la no muy bonita (todo hay que decirlo) ciudad de Bodø, descubriendo unas montañas detrás de ella impresionantes.
Aquí empieza un viaje que se convirtió en pesadilla, con olas enormes de 3-4metros que hacían tambalear el barco de una manera brutal, y que hizo que muchos de nosotros acabaremos totalmente mareados...
mención especial a Andy que se pasó 3horas encerrado en el lavabo.
Finalmente después de mucho sufrimiento llegamos a Moskenes a las 21:30h, con un vendaval importante, y sin ningún sitio donde dormir.
Afortundamente, encontramos rápido un sitio caliente y seco para dormir, y allí nos metimos a cocinar y a dormir, finalmente en tierra firme, aunque algunos todavía notaran que se movía.
Sábado 26
Nos levantamos y al mirar por la ventana vimos esto... quién ha puesto esa montaña ahí? ayer por la noche sólo se veía el ferry, así que aprovechamos la luz para sacar algunas fotos.
Así que cogimos la furgo y fuimos a Å, la población más al sur del archipiélago de las Lofoten, y de las más conocidas.
A estas alturas no hay nadie por las calles, parece un pueblo fantasma!
Damos una vuelta por el pueblo, sacamos mil fotos aprovechando los momentos en los que se asoma un poquito el sol, y como no son muy frecuentes pues también sacamos cuandop está nublado.
Subimos a una colina cercana para tener una vista más global de Å, y demás descubrimos un lago a nuestras espaldas, con unas barcas pidiendonos a gritos que las sacaramos a navegar en el lago, y eso hicimos, o intentamos hacer hasta que el viento dijo que de la orilla no nos movíamos.
Lo bueno de ir fuera de temporada a Lofoten es que apenas hay salmones colgados secándose, que por lo que me han dicho, hace una peste a pescado importante.
Después de una parada técnica para comer algo, y una visita relámpago a Reine, decidimos que la mejor opción debido al vendaval que hacía era caminar por la zona de Å, por proximidad y por facilidad del camino, así que cogimos un camino que subía directo hasta un lago muy bonito, y un par de cascadas un poco más allá.
La intención era subir a un pico de los alrededores para tener buenas vistas sobre el mar, pero el hecho de que no hubiera camino y que se estaba haciendo tarde, y teniendo en cuenta la latitud de las Lofoten, en nada se haría de noche, decidimos volver atrás.
Aquí el tiempo empezó a mostrarse como iba a ser los siguientes días, fuertes y espontáneas granizadas y lluvias y frío.
Volvimos al pueblo, y nos dividimos en un grupo que iba a buscar un sitio para dormir y nos que iban a cocinar. Finalmente, después de una dura negociación con el amo y señor de prácticamente todo lo que hay en Å, conseguimos un rorbu (cabaña de pescadores) para 9 personas espectactacular, por un precio que ni en España... además de madera para el fuego y bacalao gratis...la verdad es que todos nos pusimos super contentos al ver la cabaña y que finalmente tendríamos una cama para dormir.
Por la noche, tuvo lugar su pertinente celebración conjuntamente con los del viaje de ESN, que también estaban por allí, y para algunos la fiesta se alargó hasta altas horas de la madrugada...
Domingo 27
El día amaneció soleado, y nuestro rorbu brillaba en todo su esplendor.
Después un desayuno como toca, nos pusimos en marcha. Un poco tarde, por cierto, pero necesitabamos recuperarnos bien de tantos días de cansancio acumulado y dormir poco. Debido al maravilloso tiempo noruego, desestimamos la opción de una caminata larga, y cogimos la furgo rumbo al norte, parando en muchos sitios para hacer fotos y flipar con los paisajes.
Después de un rato de conducción, llegamos a una playa de arena blanca finísima, que es el spot surfer más famoso de Lofoten, y diría que de Noruega.
El viento soplaba con mucha fuerza, y estaríamos a unos 6grados de temperatura, en el agua habían varios surfers pillando olas... así que no podíamos ser menos, y nos metimos corriendo en el agua a darnos un par de baños.
La verdad que el shock térmico fue importante, y la vuelta corriendo a la furgoneta se hizo muy larga!
Después de recuperar la temperatura normal del cuerpo en la furgo, sobretodo de los pies (cosa que costó bastante), pusimos rumbo a Nusfjord.
Y allí, por algunos minutos, salió el sol y nos dejó disfrutar de unas vistas muy bonitas del pueblo.
Caminamos hasta llegar a un minúsculo faro, bajo una intensa y dolorosa para la cara granizada, hasta llegar al faro y tener unas bonitas vistas del mar y del mini-fiordo en si.
Después de caminar un poco más, volvimos a la furgoneta y nos juntamos con todo el grupo.
La siguiente parada fue Gravdal, dónde comimos algo delante de su iglesia. Aquí el grupo se dividió en dos, y mientras que Andy se fue a dar una vuelta con la furgo hasta la vecina población de Leknes, los demás fuimos a buscar un camino que debía llevarnos hasta lo alto de una montaña. Debido al frío que hacía, al desajuste de mi cuerpo debido al baño en el mar y a la infructífera búsqueda del camino, cosa que nos obligaba a ir campo a través, Abby y yo decidimos darnos media vuelta y llamar a Andy para que nos recogiera.
Después de comprar algo de comida en uno de los pocos supermercados de Lofoten, buscamos un sitio caliente donde tomar un café... y dimos con una bolera-cyber café-billar, donde pudimos descansar un poco, aparte de jugar un poco a bolos, y que Andy revisara el alojamiento para los siguientes días. Unas 3 horas después, recogimos a los que habían ido caminando, y volvimos a disfrutar de la última noche en nuestro querido hogar.
Lunes 28
El día empezó muy temprano, tan temprano como a las 5:45 de la mañana.
Teníamos que coger un ferry que salía a las 7 (el siguiente era por la tarde) en Reinefjord, y llegamos por los pelos. Mover a 9 personas de sus camas cuesta tiempo... especialmente a Olivier!
Coger un ferry a las 7 de la mañana puede convertirse en una experiencia muy fría! especialmente cuando ha nevado la noche anterior, y se pone a granizar y a llover desde que parte el ferry.
Y claro, como en el interior no se veía nada, todos ahí fuera aguantando la hora que dura el ferry... aunque el paisaje realmente lo merecía.
Después del viajecito en ferry que realmente valió mucho la pena, volvimos a casa a calentarnos un poco y a descansar un par de horas.
Decidimos planificar una caminata hasta un lago, bastante remoto, a la que finalmente Michal no se apuntó por un problema de una herida en su brazo y prefirió ir al médico.
El camino discurría bordeando un lago primero, para luego después una subida llegar a otro lago. Descartamos la idea de subir hasta la cresta debido a la nieve y el inadecuado material que llevabamos. Además, no disponíamos de mucho tiempo, puesto que teníamos que viajar bastante al norte para dormir en Svolvær.
El sitio era espectacular, el contraste de los colores otoñales, con el agua del lago, el blanco de la nieve y el gris de la roca hacían una postal impresionante.
Cuando acabamos la pateada, Michal vino a buscarnos, y pusimos rumbo a nuestra cabaña. Había que cenar algo, limpiarla toda, y rápido salir hacia Svolvær, donde nos esperaban para dormir.
Andy había contactado con dos CouchSurfers que nos alojarían las dos noches en sus habitaciones. No conocía toda esta historia pero me parece una manera perfecta para viajar barato y conocer a gente de todas partes del mundo.
Martes 29
Svolvær es una bonita ciudad de pescadores y suele estar llena de turistas... peroi no a finales de septiembre. Muy conocida también en el mundo de la escalada por su svolærgeita, lástima que se necesita cuerda para subir hasta ahí, cosa que no teníamos.
Nos levantamos, y después de reunirnos para desayunar, decidimos dónde iriamos. Nikolai, nuestro CouchSurfer, se apuntó con nosotros.
De camino a Henningsvær, dimos con esta mini-playa con buenas vistas... lástima del mal tiempo, no estaría mal quedarse ahí tumbado relajado.
Henningsvær es un bonito pueblo pescador, donde a finales de mayo se hace un festival de música y de pesca que es bastante famoso en todo Noruega. Vale la pena una visita al pequeño pueblo.
De vuelta a casa de Nikolai, dividimos el grupo en 3: los que querían tratar de llegar lo más arriba de la montaña svolvaergeita, otros que se fueron a otra caminata, y Andy, Abby y yo que nos quedamos con Nikolai para conocer la ciudad.
Ya de paso, como Nikolai es cocinero, fuimos a comprar pez de aguas profundas recién llegado del mar a un precio muy bueno, y nos preparó la cena para todos nosotros. Cómo se agradece una cena así después de estar una semana tirando de fogonet!
Miércoles 30
Después de empaquetar todo y cargar la furgo, pusimos rumbo a Lødingen, donde cogeríamos un ferry de una hora, ahorrándonos el tener que volver a Moskenes y coger el ferry infernal... además de que era mucho más barato!
Me hubiese gustado hacer todo el camino por carretera, pasando por Narvik, pero finalmente se desestimó debido a la distancia y a que no salía a cuenta por tema de gasolina, así que queda pendiente.
El ferry nos dejaba en Bognes, nos esperaban algo más de 800km por delante, así que pusimos rumbo hacia el sur a las 15:15... llegando a Trondheim a las 5 de la mañana, eso sí, previa parada en el Círculo Polar Ártico, y varias paradas para descansar conductores y cenar.
Resumen: muchos kilómetros, muchos paisajes increibles, muchas fotos, mucho frío, pero sobretodo, muchas risas, y eso es lo que cuenta!
La expedición al completo, de izquierda a derecha:
Olivier, Philip, Elettra, Andy, Yasmina, Abby, Michal, Yo, Jirka
todas las fotos aquí: http://picasaweb.google.es/victor.perise/Lofoten
Y no me extraña...
Nuestro viaje empieza un jueves a las 18:15h de la tarde, después de haber hecho una mega compra de muchas coronas noruegas, ponemos rumbo a Bodø con nuestro alquilada furgoneta, donde un ferry nos llevaría hasta Moskenes, ya en las Lofoten.
Después de muchas horas conduciendo, y atravesando una intensa tormenta de nieve, llegamos a Bodø a las 5 de la mañana, con el tiempo justo para ir a buscar el puerto ya que el ferry sale a las 6 de la mañana.
Que raro, no hay ningún coche esperando... lógico, porque no existe tal ferry, así como tampoco el de las 10 de la mañana.
Es lo que tiene ir fuera de temporada alta!
El siguiente ferry es a las 16:30, así que aprovechamos para dormir un poco más, pasear por la ciudad, comer algo y demás. Además visitamos el remolino de agua más potente del mundo, Saltstraumen,... pero fuimos unas horas antes de su máximo punto, así que a simple vista tampoco era gran cosa.
Así que empezamos nuestra viaje de 4horas en ferry hasta Moskenes dejando atrás la no muy bonita (todo hay que decirlo) ciudad de Bodø, descubriendo unas montañas detrás de ella impresionantes.
Aquí empieza un viaje que se convirtió en pesadilla, con olas enormes de 3-4metros que hacían tambalear el barco de una manera brutal, y que hizo que muchos de nosotros acabaremos totalmente mareados...
mención especial a Andy que se pasó 3horas encerrado en el lavabo.
Finalmente después de mucho sufrimiento llegamos a Moskenes a las 21:30h, con un vendaval importante, y sin ningún sitio donde dormir.
Afortundamente, encontramos rápido un sitio caliente y seco para dormir, y allí nos metimos a cocinar y a dormir, finalmente en tierra firme, aunque algunos todavía notaran que se movía.
Sábado 26
Nos levantamos y al mirar por la ventana vimos esto... quién ha puesto esa montaña ahí? ayer por la noche sólo se veía el ferry, así que aprovechamos la luz para sacar algunas fotos.
Así que cogimos la furgo y fuimos a Å, la población más al sur del archipiélago de las Lofoten, y de las más conocidas.
A estas alturas no hay nadie por las calles, parece un pueblo fantasma!
Damos una vuelta por el pueblo, sacamos mil fotos aprovechando los momentos en los que se asoma un poquito el sol, y como no son muy frecuentes pues también sacamos cuandop está nublado.
Subimos a una colina cercana para tener una vista más global de Å, y demás descubrimos un lago a nuestras espaldas, con unas barcas pidiendonos a gritos que las sacaramos a navegar en el lago, y eso hicimos, o intentamos hacer hasta que el viento dijo que de la orilla no nos movíamos.
Lo bueno de ir fuera de temporada a Lofoten es que apenas hay salmones colgados secándose, que por lo que me han dicho, hace una peste a pescado importante.
Después de una parada técnica para comer algo, y una visita relámpago a Reine, decidimos que la mejor opción debido al vendaval que hacía era caminar por la zona de Å, por proximidad y por facilidad del camino, así que cogimos un camino que subía directo hasta un lago muy bonito, y un par de cascadas un poco más allá.
La intención era subir a un pico de los alrededores para tener buenas vistas sobre el mar, pero el hecho de que no hubiera camino y que se estaba haciendo tarde, y teniendo en cuenta la latitud de las Lofoten, en nada se haría de noche, decidimos volver atrás.
Aquí el tiempo empezó a mostrarse como iba a ser los siguientes días, fuertes y espontáneas granizadas y lluvias y frío.
Volvimos al pueblo, y nos dividimos en un grupo que iba a buscar un sitio para dormir y nos que iban a cocinar. Finalmente, después de una dura negociación con el amo y señor de prácticamente todo lo que hay en Å, conseguimos un rorbu (cabaña de pescadores) para 9 personas espectactacular, por un precio que ni en España... además de madera para el fuego y bacalao gratis...la verdad es que todos nos pusimos super contentos al ver la cabaña y que finalmente tendríamos una cama para dormir.
Por la noche, tuvo lugar su pertinente celebración conjuntamente con los del viaje de ESN, que también estaban por allí, y para algunos la fiesta se alargó hasta altas horas de la madrugada...
Domingo 27
El día amaneció soleado, y nuestro rorbu brillaba en todo su esplendor.
Después un desayuno como toca, nos pusimos en marcha. Un poco tarde, por cierto, pero necesitabamos recuperarnos bien de tantos días de cansancio acumulado y dormir poco. Debido al maravilloso tiempo noruego, desestimamos la opción de una caminata larga, y cogimos la furgo rumbo al norte, parando en muchos sitios para hacer fotos y flipar con los paisajes.
Después de un rato de conducción, llegamos a una playa de arena blanca finísima, que es el spot surfer más famoso de Lofoten, y diría que de Noruega.
El viento soplaba con mucha fuerza, y estaríamos a unos 6grados de temperatura, en el agua habían varios surfers pillando olas... así que no podíamos ser menos, y nos metimos corriendo en el agua a darnos un par de baños.
La verdad que el shock térmico fue importante, y la vuelta corriendo a la furgoneta se hizo muy larga!
Después de recuperar la temperatura normal del cuerpo en la furgo, sobretodo de los pies (cosa que costó bastante), pusimos rumbo a Nusfjord.
Y allí, por algunos minutos, salió el sol y nos dejó disfrutar de unas vistas muy bonitas del pueblo.
Caminamos hasta llegar a un minúsculo faro, bajo una intensa y dolorosa para la cara granizada, hasta llegar al faro y tener unas bonitas vistas del mar y del mini-fiordo en si.
Después de caminar un poco más, volvimos a la furgoneta y nos juntamos con todo el grupo.
La siguiente parada fue Gravdal, dónde comimos algo delante de su iglesia. Aquí el grupo se dividió en dos, y mientras que Andy se fue a dar una vuelta con la furgo hasta la vecina población de Leknes, los demás fuimos a buscar un camino que debía llevarnos hasta lo alto de una montaña. Debido al frío que hacía, al desajuste de mi cuerpo debido al baño en el mar y a la infructífera búsqueda del camino, cosa que nos obligaba a ir campo a través, Abby y yo decidimos darnos media vuelta y llamar a Andy para que nos recogiera.
Después de comprar algo de comida en uno de los pocos supermercados de Lofoten, buscamos un sitio caliente donde tomar un café... y dimos con una bolera-cyber café-billar, donde pudimos descansar un poco, aparte de jugar un poco a bolos, y que Andy revisara el alojamiento para los siguientes días. Unas 3 horas después, recogimos a los que habían ido caminando, y volvimos a disfrutar de la última noche en nuestro querido hogar.
Lunes 28
El día empezó muy temprano, tan temprano como a las 5:45 de la mañana.
Teníamos que coger un ferry que salía a las 7 (el siguiente era por la tarde) en Reinefjord, y llegamos por los pelos. Mover a 9 personas de sus camas cuesta tiempo... especialmente a Olivier!
Coger un ferry a las 7 de la mañana puede convertirse en una experiencia muy fría! especialmente cuando ha nevado la noche anterior, y se pone a granizar y a llover desde que parte el ferry.
Y claro, como en el interior no se veía nada, todos ahí fuera aguantando la hora que dura el ferry... aunque el paisaje realmente lo merecía.
Después del viajecito en ferry que realmente valió mucho la pena, volvimos a casa a calentarnos un poco y a descansar un par de horas.
Decidimos planificar una caminata hasta un lago, bastante remoto, a la que finalmente Michal no se apuntó por un problema de una herida en su brazo y prefirió ir al médico.
El camino discurría bordeando un lago primero, para luego después una subida llegar a otro lago. Descartamos la idea de subir hasta la cresta debido a la nieve y el inadecuado material que llevabamos. Además, no disponíamos de mucho tiempo, puesto que teníamos que viajar bastante al norte para dormir en Svolvær.
El sitio era espectacular, el contraste de los colores otoñales, con el agua del lago, el blanco de la nieve y el gris de la roca hacían una postal impresionante.
Cuando acabamos la pateada, Michal vino a buscarnos, y pusimos rumbo a nuestra cabaña. Había que cenar algo, limpiarla toda, y rápido salir hacia Svolvær, donde nos esperaban para dormir.
Andy había contactado con dos CouchSurfers que nos alojarían las dos noches en sus habitaciones. No conocía toda esta historia pero me parece una manera perfecta para viajar barato y conocer a gente de todas partes del mundo.
Martes 29
Svolvær es una bonita ciudad de pescadores y suele estar llena de turistas... peroi no a finales de septiembre. Muy conocida también en el mundo de la escalada por su svolærgeita, lástima que se necesita cuerda para subir hasta ahí, cosa que no teníamos.
Nos levantamos, y después de reunirnos para desayunar, decidimos dónde iriamos. Nikolai, nuestro CouchSurfer, se apuntó con nosotros.
De camino a Henningsvær, dimos con esta mini-playa con buenas vistas... lástima del mal tiempo, no estaría mal quedarse ahí tumbado relajado.
Henningsvær es un bonito pueblo pescador, donde a finales de mayo se hace un festival de música y de pesca que es bastante famoso en todo Noruega. Vale la pena una visita al pequeño pueblo.
De vuelta a casa de Nikolai, dividimos el grupo en 3: los que querían tratar de llegar lo más arriba de la montaña svolvaergeita, otros que se fueron a otra caminata, y Andy, Abby y yo que nos quedamos con Nikolai para conocer la ciudad.
Ya de paso, como Nikolai es cocinero, fuimos a comprar pez de aguas profundas recién llegado del mar a un precio muy bueno, y nos preparó la cena para todos nosotros. Cómo se agradece una cena así después de estar una semana tirando de fogonet!
Miércoles 30
Después de empaquetar todo y cargar la furgo, pusimos rumbo a Lødingen, donde cogeríamos un ferry de una hora, ahorrándonos el tener que volver a Moskenes y coger el ferry infernal... además de que era mucho más barato!
Me hubiese gustado hacer todo el camino por carretera, pasando por Narvik, pero finalmente se desestimó debido a la distancia y a que no salía a cuenta por tema de gasolina, así que queda pendiente.
El ferry nos dejaba en Bognes, nos esperaban algo más de 800km por delante, así que pusimos rumbo hacia el sur a las 15:15... llegando a Trondheim a las 5 de la mañana, eso sí, previa parada en el Círculo Polar Ártico, y varias paradas para descansar conductores y cenar.
Resumen: muchos kilómetros, muchos paisajes increibles, muchas fotos, mucho frío, pero sobretodo, muchas risas, y eso es lo que cuenta!
La expedición al completo, de izquierda a derecha:
Olivier, Philip, Elettra, Andy, Yasmina, Abby, Michal, Yo, Jirka
todas las fotos aquí: http://picasaweb.google.es/victor.perise/Lofoten
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